VATICANO CONFIRMA CASTIGO A EXCARDENAL CIPRIANI POR PEDERASTIA, SEGÚN EL PAÍS
* Cipriani tenía prohibido volver
al Perú y portar sotana, pero lo hizo para recibir una condecoración en la
Municipalidad Metropolitana de Lima, a cargo de Rafael López Aliaga.
Luego de que el excardenal Juan Luis Cipriani negara categóricamente las acusaciones de abuso sexual reveladas por el El País de España, la oficina del Vaticano las habría confirmado hoy, domingo 26.
Según el mencionado diario, la
Santa Sede ratificó el castigo propinado (2019) al exarzobispo capitalino, por
abusar de un menor de edad (1983) durante una confesión en un centro
estudiantil del Opus Dei en Lima.
Como se recuerda, ayer, sábado
25, al hacerse público el caso, Cipriani aseguró que "los hechos que
describen son completamente falsos" y negó haber cometido abuso sexual
"ni en 1983, ni antes, ni después".
Sin embargo, hoy, domingo 26, el
Vaticano informó que, “por las acusaciones contra él, y tras aceptar su
renuncia como arzobispo de Lima, al cardenal se le ha impuesto un precepto
penal con medidas disciplinarias”.
Estas sanciones serían “relativas
a su actividad pública, al lugar de residencia y al uso de los símbolos,
firmado y aceptado por su Eminencia (el Papa Francisco)”, según agregó El País
en su edición de hoy.
Es decir, Juan Luis Cipriani no
podía volver al Perú ni volver a vestir su sotana religiosa en ninguna
actividad pública o privada, pero lo hizo para recibir la Medalla de la Orden
al Mérito, en el grado de Gran Cruz.
Esta condecoración, la más
prestigiosa otorgada por la Municipalidad Metropolitana de Lima, fue entregada
de manos del actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, también miembro del
Opus Dei.
No obstante, la Santa Sede habría
avisado que, “si bien en ocasiones específicas se dieron algunos permisos para
acoger peticiones por su edad y situación familiar, tal precepto sigue estando
todavía en vigor”.
La publicación revela que el Papa
Francisco obligó a Cipriani a renunciar en 2019, imponiéndole severas sanciones
que incluían el retiro de sus hábitos cardenalicios, la prohibición de realizar
declaraciones públicas y su exclusión implícita de futuros cónclaves, aunque ya
había superado el límite de edad para participar en ellos.
Según el informe, las acusaciones
provienen de una carta enviada en 2018 por una presunta víctima anónima, quien
relató haber sufrido abusos en 1983, cuando tenía 16 años, durante una
confesión en un centro estudiantil del Opus Dei en Lima.
La víctima, ahora de 58 años,
solicitó al Vaticano que apartara a Cipriani del sacerdocio, asegurando: “Lo
único que quiero es que se sepa la verdad y que se aparte de la Iglesia a un
pastor que me ha hecho daño”. (Perú 21)
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