HUAROCHIRÍ: CONOCE A RAÚL ESPINOZA, NOTABLE
QUENISTA USUARIO DE PENSIÓN 65
* Usuario del programa social del Midis quiere
enseñar a los niños y mostrar su talento en el extranjero.
En la tierra mágica de Huanza, un distrito de la provincia limeña de Huarochirí, rodeado de montañas y valles hermosos, Raúl Espinoza Quiquia tuvo su primer acercamiento con la música a los 5 años, cuando algunos vecinos y familiares iniciaban sus jornadas en el campo al ritmo de melodías andinas. Desde ese momento, no descansó hasta convertirse en uno de los quenistas más representativos de su localidad.
Ahora, a sus 74 años, tiene el
objetivo de dejar su legado en las nuevas generaciones y que las personas que
viven en otros países sientan las emociones que genera la música peruana.
“Debemos dejar una huella mientras que estamos aquí, generar una reflexión”,
sostuvo el artista limeño.
El talentoso hijo de Huanza tuvo
un camino complicado, consciente de ello tomó mayor fuerza y decidió seguir su
sueño: trascender. Con profunda nostalgia contó que su madre, Fortunata
Quiquia, le prohibió ser músico por diferentes factores. Raúl era muy joven
para entender aquella posición, pero aun así la respetó y buscó otro oficio.
Por años estudió de manera autodidacta para tener una profesión y pasó por mil
empleos. Sin embargo, sintió que su corazón no se encontraba tranquilo.
Hace unos años, su progenitora
tuvo problemas de salud y decidió hablar con él. Entre mensajes y recuerdos, le
dijo que podía hacer lo que su alma le dictaba. En ese momento, Espinoza
comprendió esas palabras y decidió seguir su rumbo. Lamentablemente, la mujer
que lo trajo al mundo falleció a los pocos días.
“Me puse manos a las obras.
Aprendí los secretos de las quenas y cómo podía hacer una. En el proceso, supe
qué se podía hacer ese instrumento con caña mamá, cuando está muy madura y se
puede maniobrar mejor para hacer los hoyos, el pulido exacto para que se
consiga la melodía y haya un sonido limpio”, detalló el artista.
TRANSMISIÓN CULTURAL
Con los años, Raúl Espinoza se
convirtió en un gran referente, participando en todas las actividades de los
municipios de Huanza y Huarochirí, además de los encuentros de “Saberes
productivos” que realiza el programa social Pensión 65 con la finalidad de
revalorar los conocimientos ancestrales de los adultos mayores que son usuarios
del programa social. En esa línea, el septuagenario expresó su deseo de
transmitir sus habilidades y experiencias a las nuevas generaciones, para
fomentar la cultura y el amor por la música.
“La música es fundamental para la
educación, porque estimula mucho el cerebro y el desarrollo que tendrán los
niños con los años. Espero que haya la oportunidad de enseñar el valor e
importancia del arte que tenemos en el país, en especial mi aporte con mi amada
quena”, enfatizó mientras sostenía el instrumento que trabajó con sus propias
manos.
ALEGRA EL ALMA
Espinoza Quiquia agregó que se siente mejor cada vez que participa en las actividades culturales que realiza Pensión 65 en Lima. “No solo transmito mi sentir en cada melodía, sino que también alegro el alma de los adultos mayores que acuden a estos encuentros, personas que como yo mejoran su ánimo con lo que mejor saben hacer, ya sea danzando, preparando diferentes comidas, medicinas tradicionales, entre otras cosas”, sostuvo durante el seminario internacional que organizó Pensión 65 en el marco de su decimotercer aniversario. (Andina)
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